Cortometraje experimental en el que la danza es analogía del movimiento fractal que compone cada elemento. Un boceto de cómo la partícula mas infima se manifiesta y repercute en el todo.
Manifiesto de un náufrago (cualquiera de nosotros) en el orbe (universo, organismo, mundo) de los (su) cuerpo (s) comprende la subjetividad de un contexto cíclico que se cumple irremediablemente, la realidad se ve alterada cada vez que la atención se centra en, desde y para el cuerpo, haciendo de la materia polvo, polvo capaz de moldearse, reconstruirse reinventarse, posibilidades cuyas formas dirigidas por el espacio, el tiempo, la energía, constan de infinitud y de una particularidad en cada átomo que la compone. Un cuerpo extendiéndose hasta la psique, revelando el pensamiento “absurdo”, imaginarios colectivos encargados de aislarnos por momentos hacia el espíritu del silencio, la quietud, los sentidos, la interpretación corpórea donde se experimenta la vida.